Un informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR) muestra cómo las bandas haitianas controlan Puerto Príncipe y otras zonas aledañas utilizando la violencia armada contra hombres y la violencia sexual contra mujeres y niños.

Según el informe, las bandas 400 Mawozo, G9, Kraze Barye, Gang Ravine, Village de Dieu, Krache Dife, Terre Noire, Pierre VI y GPEP dominan gran parte de la periferia haitiana. Mientras tanto, el gobierno y la Policía Nacional de Haití controlan el centro de la capital y el aeropuerto.

Entre los puntos estratégicos bajo control de las bandas se encuentra la carretera que conecta Puerto Príncipe con la frontera dominicana por Jimaní, conocida como Ruta Nacional (RN8). Esta ruta pasa por Croix-des-Bouquets, Fond Parissiene y termina en el cruce fronterizo de Malpasse con la República Dominicana.

La pandilla G9 controla la entrada a la Ruta Nacional 3 (RN3), que conecta Puerto Príncipe con Cap-Haïtien y los puntos fronterizos con la región norte de la República Dominicana, incluido Elías Piña. Mientras tanto, las bandas, principalmente GPEP y G9, se disputan el control de la zona portuaria.

La violencia es una constante en la vida diaria. El Alto Comisionado informó que la situación en Haití empeoró durante los primeros tres meses del año. Hubo un aumento del 28 % en el número de personas asesinadas, heridas y secuestradas en comparación con el trimestre anterior (octubre-diciembre de 2022). Además, la violencia armada se intensificó y se extendió a todas las comunas del área metropolitana de Puerto Príncipe, así como al departamento de Artibonite.

Las pandillas ejercen control utilizando francotiradores en las azoteas para disparar indiscriminadamente a personas que llevan a cabo sus actividades diarias, así como atacando regularmente las residencias de las personas. Durante este período, incluso los estudiantes no estuvieron a salvo, ya que fueron víctimas de balas perdidas mientras estaban en sus aulas o en sus hogares.